Refugio Mercado: “La gente está más acostumbrada a ver pura tecnología, que a valorar el arte”
Por Lucero Aguirre
El árbol de la vida es Patrimonio Cultural en Izúcar de Matamoros, lamentablemente la falta de difusión ha ocasionado que poca genta se interese en estas artesanías. La gente en México no se interesa en las artesanías que se realizan en el país.
En entrevista con Refugio Mercado Castillo, artesano de Izúcar de Matamoros y dueño del taller Coco México, platicó acerca del árbol de la vida, lo que representa para él como artesano y lo importante que es su conservación.

"Nos falta mucha difusión, nos falta que el gobierno volteara hacia nosotros, porque nosotros somos la carta de presentación de Izúcar de Matamoros" declaró Refugio al cuestionarle si la gente compra las artesanías que elabora.
En su taller Coco México buscan conservar la historia original del árbol de la vida. Inculcar en las nuevas generaciones la forma original de hacer las artesanías y preservar esta tradición que se ha conservado por 300 años.
El árbol de la vida que está hecho de barro policromado, se entregaba junto con un sumerio a los recién casados que significaba un buen augurio o deseo para el matrimonio. En 1998 el árbol de la vida se nombró patrimonio cultural de Izúcar de Matamoros.
En la artesanía se pueden apreciar elementos como Adán y Eva, y la víbora, que representan el paraíso. Todos los elementos tienen un significado, la fruta representa los hijos y la felicidad; las aves el albedrío y la libertad, "Todo tiene un significado" declaró Refugio.

A sus 51 años, Refugio forma
parte de la cuarta generación que sigue conservando el legado artesanal que es
el árbol de la vida. Está costumbre se ha pasado de generación en generación "me
siento orgulloso de este legado" comentó Castillo.
La tradición familiar dio inicio cuando su bisabuelo Simón Orta fue padrino de velación en una boda y es ahí como se le ocurrió la idea del árbol de la vida "A mi bisabuelo le tocó ser el padrino y ahí es como nació el árbol de la vida".
Sus abuelos eran campesinos, en un inicio solo se trabajaban las artesanías en día de muertos, y era una fuente de ingresos "era utilitario, ahora ya es arte" dijo. Pasó de generación en generación, su abuelo Simón le heredó este legado a su hija Catalina Orta, para que después pasara a las manos de Isabel Castillo Orta, madre de Refugio.

Su madre la maestra Isabel
Castillo Orta fue una de las pioneras en la difusión del árbol de la vida. Fue invitada
a Los Estados Unidos a las exposiciones y los talleres de las universidades de
Artes Plásticas incluso viajo a varios países entre ellos Europa.
Para finalizar Castillo compartió que la elaboración de un árbol de la vida puede durar más de una semana, ya que se realiza desde cero y se debe esperar a que el barro seque, además que la tarea de pintarlo suelo tomar mucho tiempo.
